Había una vez un
hombre muy feo y desdichado llamado Hermenejildo Ponce (Herme para los amigos mas íntimos) y vivía en el norte de Rusia en un pequeño
pueblo llamado Poliscaminachecosloba, Herme no era feliz porque le encantaban
los dromedarios y donde el vivía no había ninguno, un día muy loco Herme se
armo de valor y cojio un avión a Marruecos para una vez allí secuestrar un
dromedario, una vez secuestro el dromedario se le llevo a Poliscamichecoslova y
el dromedario se murió de frío y Herme aprendió que la felicidad no se consigue
fácilmente y que hay que trabajar para conseguirla.
Sergio Saiz Sañudo
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