En un pueblo muy lejano vivía una
familia que tenía unas instalaciones donde la gente podía dormir, bañarse y montar
a caballo, solo había un problema: la única carretera que llevaba al pueblo estaba en muy malas
condiciones y tampoco estaba señalizada y la gente no iba por miedo a perderse. La familia no podía conseguir dinero para
comer y tuvieron que cerrar el negocio al no tener dinero para mantenerlo. La
familia al no tener estudios porque a los doce años se pusieron a trabajar en
las instalaciones con sus padres, no les
iban a coger en ningún lado entonces se pusieron tristes pero su hijo de nueve
años les animó y les dio una idea que fue recoger firmas de todos los habitantes del pueblo para arreglar la carretera y
dárselo al alcalde en persona. Esa idea fue muy buena porque funcionó y la primera
semana ya estaban llenas las instalaciones y la familia y la gente del pueblo
muy contentos se quedaron.
JAVIER GÓMEZ
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